Rutina: despertar, ir a terapia, convivir con la familia.
Las discusiones entre mi prima y
sus hijas suelen ser muy entretenidas para mi,
es como ver una reproducción de las mías con mi madre, con la diferencia
de que solo soy un espectador y rara vez me tocan los regaños, con cada día que pasa me doy cuenta de algo, los
padres siempre verán a sus hijos como niños y en cuanto el hijo hace algo para
romper esa imagen el padre hará todo lo posible para sujetarse a su ilusión,
por ejemplo lo que sucedió en casa ayer, mi sobrina de 21 años saliendo al cine
a las 8 con un amigo y mi prima de 40 y algo quejándose por que “no le había pedido
permiso y estaba rompiendo las reglas de la casa” cuando fue ella la que en
años anteriores le había dicho que ya tenia edad para salir con quien quisiera,
que confiaba en ella y que solo pedía que le avisara, como han ocurrido algunos
roces entre ellas donde la primera a dejado entrever que quizás sea hora de
dejar el nido mi prima reacciono de una manera sobreprotectora, lo cual a la
larga solo hará que las discusiones sean mayores. Mi hermosa sobrina ha venido a
mi por consejos, y fui completamente sincera con ella, no soy la persona mas
adecuada para darlos en esa situación, ya que yo he elegido la vida de un nómada
en parte para evitar conflictos con
amistades y familia, si les das tiempo a extrañarte y extrañarlos lo suficiente
cuando es hora del rencuentro todo es miel sobre hojuelas. La madurez de mi
prima me sorprende al señalar que así solo huyo del problema en lugar de
arreglarlo, al final de las conversaciones con ella siempre termino sintiendo
que debería ser yo la que le pida consejos a ella sobre como vivir, en general,
aun con sus problemas existenciales, estas hermosuras con las que vivo son
mucho mas maduras de lo que sus caritas angelicales dejan ver.
Aun con las discordias que pueden
suceder en una casa llena de estrógenos he encontrado mucha paz en este lugar.
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