Aquella pregunta hizo que mi
prima (y actual responsable de mi persona a los ojos de mi familia, a pesar de
mis 26 años de edad) convirtiera su normalmente hermoso rostro en una mueca que
denotaba entre enojo, frustración y asombro. Sé que soy una persona con una
autoestima regularmente baja, sobre todo cuando se trata sobre mis capacidades,
necesito de alguien que me confirme las cosas en más de una ocasión, pero creo
que ella aún no se percataba de esa falla en mi carácter.
Su primera reacción fue
preguntarme si la creía una persona hipócrita o mentirosa, trate de explicarle
que no siempre siento objetivos sus comentarios al tratarse de un familiar y
amigo allegado, sin embargo ella hizo hincapié en que si en algo solemos pecar
en esta familia es de honestos, aun cuando duele, me recordó que si bien ella
no es un erudito en el tema sabe diferenciar cuando algo es bueno de malo al
tratarse de uno de sus pasatiempos favoritos, adora leer, aunque generalmente
son libros de superación o temas esotéricos también disfruta de novelas románticas
o comedias de cuando en cuando.
La confianza en mi persona es
algo que me suele escasear por lo que aun cuando realizo algo de comer en la
casa siempre estoy a la expectativa de algún comentario de aprobación o gusto
de mis familiares, teniendo en cuenta que hace poco me titule en la carrera de gastronomía
el hecho de que la comida que preparo es sabrosa debería estar escrito en
piedra dentro de mi cabeza, pero no es así.
Si bien la escritura no es algo
nuevo para mi tenía mucho tiempo que no la practicaba en forma y que no me ilusionaba
con la idea de dejar que mis escritos vieran la luz del sol por lo mismo el
temor de si lo que estoy plasmando en los textos sea entretenido o no para el
resto del mundo empezó a caer sobre mi cual avalancha. Siempre he necesitado de
alguien o algo que me de un empujón de vez en cuando, alguna palabra de
aliento.
Durante la época de mis 15 a los 20 la persona a la que buscaba para
ello, en el ámbito de las palabras escritas, fue Mau, la misma persona que en
esa época me enseño el gusto por la lectura, hoy en día su trabajo como médico
y demás presiones diarias han hecho que su tiempo para escribir disminuya, o al
menos ninguno de sus trabajos recientes han llegado hasta mis manos, pero aún
recuerdo la época en que contaba los días para leer alguno de sus cuentos o
escuchar alguna de sus historias o resúmenes de un libro, si algún día llego
tener algo parecido a un fan este debería agradecerle pues fue su influencia la
que me motivo a escribir en un inicio.
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